Puede ser que no tenga síntomas indicativos de un proceso patológico, y sin embargo siente que algo no anda bien; está cansado, sin vitalidad, incluso puede que sin ilusión; no duerme bien, tiene digestiones pesadas, o problemas digestivos frecuentes; o siente que tiene que recurrir a estimulantes externos como el café, el alcohol, el azúcar, u otros, para poder mantenerse al ritmo de un estilo de vida que cada vez demanda más de nosotros.
Y lo más importante, está harto de sentirse así. Desde aquí podemos ayudare a romper ese ciclo en el que se siente atrapado:
- Obteniendo más vitalidad , disminuyendo la cantidad de toxinas que introducimos en el cuerpo y ayudando al organismo a depurarse de la que ya tiene, liberando así energía que queda a nuestra disposición
- Favoreciendo el trabajo de los órganos de eliminación: hígado, riñones, intestinos, piel, pulmones y linfa, usando como media principal, mediante alimentos, homeopatía y fitoterapia.
- Regulando los niveles de azúcar en sangre, lo que hará que desaparezcan los “bajones de energía” que son uno de los factores principales que retroalimentan hábitos nocivos para su bienestar.
- Incorporando la actividad física de forma que encaje con su estilo de vida y sus gustos personales.
- Aprendiendo a incorporar técnicas de respiración, relajación y mindfulness para gestionar el estrés en su vida cotidiana.
“Si seguimos haciendo lo de siempre, obtendremos los resultados de siempre…Si queremos algo distinto, tendremos que hacer algo distinto”
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